La química de las emociones

Publicado por Lucía Mateo Lucas en

Imagina que estas volviendo a casa desde el trabajo o la universidad. Caminas cansado y estresado por el mismo camino de siempre, sin embargo, te encuentras una moneda de 1€. La alegría te inunda, te sientes feliz y parece que el día, que estaba siendo bastante mediocre, podría escalar al top 3 mejores días de ese mes. Automáticamente después, pisas un charco con tus zapatillas nuevas y sientes tanta rabia que una lágrima se desliza dramáticamente por tu mejilla. Has sentido 3 emociones muy diferentes en… ¿5 minutos?

Las emociones son fenómenos que ocurren como respuesta a estímulos del entorno que pueden producir cambios psicofisiológicos, cognitivos y conductuales en nosotros mismos. Pero… ¿qué produce estos cambios?

Imagen de algunas de las emociones que se consideran básicas (mientras que unos expertos hablan de solo 5 emociones básicas, otros afirman de que pueden haber hasta 13, con lo que aún no hay un consenso respecto a ello).

Los mensajeros de los sentimientos.

Para comprender por qué se producen estos fenómenos, debemos saber qué es un neurotransmisor. Los neurotransmisores son moléculas que transmiten señales entre las células del sistema nervioso, es decir, las neuronas. De este modo, cuando estamos viviendo un evento que nos hace sentir una emoción determinada, se segregan ciertos neurotransmisores que provocan una respuesta fisiológica. 

Representación de la emisión y captación de neurotransmisores (indicados con hexágonos) entre dos neuronas neuronas vecinas.

Aquí tenemos ejemplos de los neurotransmisores más importantes:

  • Serotonina: está relacionada con el control de las emociones, estabilizando las sensaciones de felicidad y de ansiedad. Su ausencia está relacionada con la depresión, por lo que los medicamentos antidepresivos tienen funciones relacionadas con el aumento de percepción de esta hormona. También tiene otras funciones como controlar el apetito o el sueño.
  • Dopamina: es el neurotransmisor de la respuesta de recompensa, segregandose durante actividades placenteras y haciéndonos sentir bien. De este modo ayuda a reforzar actividades divertidas y nos causa el deseo de realizarlas de nuevo. Por este mismo motivo está también relacionado con adicciones y tolerancia a sustancias.
  • Adrenalina y noradrenalina: Están involucrados en la respuesta de huida. Cuando estamos ante una situación de peligro, la adrenalina disminuye la capacidad de sentir dolor y aumenta la fuerza, mientras que la noradrenalina aporta mayor conciencia en momentos estresantes. 
  • Endorfinas: Son analgésicos naturales que, principalmente, segregamos en situaciones de dolor para inhibir su percepción. Sin embargo, están también asociadas a situaciones de placer, felicidad o ejercicio aeróbico vigoroso.
  • Oxitocina: conocida como la hormona del amor. Está relacionado con los sentimientos que nos vinculan a otras personas, la atracción romántica y los vínculos madre e hijo. 

Los neurotransmisores no actúan solos, se asocian entre ellos para hacernos sentir emociones complejas. Por ejemplo, cuando te atrae otra persona, los niveles de dopamina y serotonina aumentan desencadenando a su vez la producción de oxitocina. La suma de todas estas sustancias son las que nos hacen sentir una emoción positiva.

Hablando de emociones complejas, en ocasiones encontramos sucesos que no comprendemos relacionados con estas sustancias químicas. ¿La fuerza histérica está causada por alienígenas? ¿Estoy loco por llorar de felicidad o sonreír en una película triste? Y lo más inexplicable de todo, ¿por qué nos enamoramos?

La fuerza histérica.

¿Alguna vez has oído hablar de hazañas como la de Charlotte Heffelmire? Esta chica de 19 años fue capaz de levantar una camioneta para salvar a su padre de un incendio. No, Charlotte no se dedica profesionalmente a la halterofilia, sino que estos episodios en los que una persona adquiere fuerza sobre humana en momentos de “vida o muerte” se conocen como “fuerza histérica”. Pese a que es un evento difícil de investigar por motivos obvios, la adrenalina y la noradrenalina parecen tener un papel muy importante. La reducción de la percepción del dolor, sumado a que también aceleran el ritmo cardíaco y la presión arterial, hacen que todo el riego sanguíneo vaya a lo músculos efectores. De este modo, la persona puede sobrecargarlos sin sentir el dolor que nos avisa de un posible desgarro, logrando toda una hazaña.

Imagen de Charlotte Heffelmire recibiendo el reconocimiento «premio al ciudadano salvavidas».

Expresiones dimorfas.

¿Alguna vez te has preguntado por qué lloramos de alegría? Este fenómeno es un ejemplo de las llamadas “expresiones dimorfas”, y ocurre cuando sentimos emociones tan intensas que nuestro cerebro las regula expresando una emoción contraria a la que se siente, como sonreír en un momento muy triste o llorar de felicidad. 

El objetivo es contrarrestar el efecto negativo que puede tener una emoción demasiado intensa en nuestro organismo. Un estudio realizado por los investigadores Robert W. Levenson y Barbara L. Fredrickson en el que se les hacía ver una película a un grupo de personas demostró que las personas que sonreían en el momento más sentimental de la película conseguían una mejor recuperación cardiovascular. 

Cuando lloramos nuestro cuerpo segrega endorfinas y oxitocina que, en un momento feliz, nos reconfortan y aumentan la conexión que sentimos con las personas con las que estamos viviendo ese momento tan emocionante. Por otra parte, llorar cuando estamos enfadados o tristes suaviza los sentimientos del momento y hacen que nos sintamos aliviados tras hacerlo.

Imagen de emoticonos con rasgos físicos asociadas a estados de ánimos diferentes, aunque a veces estos pueden manifestarse en condiciones contrarias (como llorar de la risa).

What is love?

El amor es complicado, es fruto de la acción coordinada de varios neurotransmisores y hormonas.  Cuando conocemos a alguien nuevo que es de nuestro interés, la noradrenalina nos produce la sensación de nerviosismo, sentimos que nos palpita el corazón y sudamos. Además, nos hace estar más conscientes y, por ende, recordar mejor los primeros momentos en los que conocimos a esa persona especial. La dopamina, por su parte, nos hace sentir euforia y el deseo de volver a ver a la persona que estamos conociendo. La testosterona y los estrógenos son hormonas sexuales y también están involucradas en el deseo de mantener relaciones sexuales. Escalando al siguiente nivel, la serotonina en asociación con la dopamina nos hace obsesionarnos inevitablemente por la persona que nos atrae. Por último, la oxitocina fomenta el sentimiento de unión con esta persona y que finalmente formemos un vínculo de pareja. De manera simplificada, esto podría ser lo que conocemos como la “fórmula del amor”.

Imagen de la ansiada «fórmula del amor» (solo que desde una base científica).

Como hemos visto, los sentimientos entrañan un mundo complejo en el que aún queda mucho por descubrir. Sin embargo, podemos llegar a la conclusión de que la percepción de las emociones reside en un conjunto de sustancias químicas que, sin ellas, perderíamos lo que nos une como personas: la capacidad de sentir y hacer sentir a los que nos rodean.


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