Biotecnología para 8 mil millones de personas
El 15 de noviembre de 2022 es una fecha que va a quedar registrada para la posteridad, pues la población mundial alcanzó el increíble número de 8000 millones de personas. Es increíble pensar que hace solo 11 años, en el 2011, se alcanzaba la cifra de los 7000 millones de personas.
Pero es incluso aún más increíble cuando retrocedemos un poco más, hasta 1974, cuando la población mundial total llegaba a los 4000 millones. Para que nos hagamos una idea de lo que eso implica, en menos de 50 años la población mundial ha crecido lo mismo que en 315 mil años aproximadamente.
Viendo estos datos, cabe preguntarse si la Tierra está preparada para sustentar a tantas personas. Pero hay que ser optimistas, puesto que los diversos avances en ramas como la Biotecnología nos pueden ayudar a paliar el aumento de demanda de recursos tan importantes como la comida o los materiales de construcción.
Si quieres ver en forma de gráfico cómo hemos evolucionado, ¡visita esta página de Worldometer (https://www.worldometers.info/world-population/#) donde se muestra la fecha en el eje de abscisas, y la población mundial en el eje de ordenadas en tiempo real!
HAY UNA PARED EN MI HONGO
Empecemos por el espacio. ¿Cómo vamos a hacer para construir las infraestructuras necesarias para satisfacer las necesidades de esta incrementada población? Sorprendentemente, los focos podrían centrarse en un grupo bastante ubicuo: los hongos. Además del largo historial de avances para la humanidad que nos han generado (desde productos alimenticios como el pan, hasta revolucionarios remedios médicos como los antibióticos), parece ser que podrían utilizarse para desarrollar nuevos materiales.
Como podemos ver en el artículo de Yangang Xing (actual investigador de la Nottingham Trent University), se ha logrado crear un material aislante a partir del micelio de los hongos. Para aquellos que lo desconozcan, el micelio es una estructura filamentosa que se encuentra bajo la superficie y que forma parte del hongo, similar en concepto a las raíces de una planta.
Este material podría servir para la instalación de sistemas de aislantes térmicos en los edificios, de forma que se incorporaría en las paredes de estos y mantendría la temperatura en el interior de los hogares. Además, tiene una serie de implicaciones indirectas, ya que reduciría la energía necesaria para mantener los hogares cálidos y eliminaría la necesidad de los aislantes usados a día hoy (que provienen en su mayoría a partir de materiales contaminantes, como el petróleo).
También se están investigando otras aplicaciones debido a su carácter biodegradable, como la creación de recipientes o envases de un solo uso. Un ejemplo puede ser Ecovative Design,una empresa pionera que está desarrollando envases formados por micelio.
Para ello, introducen en unos moldes con la forma del envase deseado el sustrato y las esporas de los hongos, de forma que tras cinco días estos se desarrollen y formen un conglomerado resistente y compacto gracias al desarrollo del micelio. Finalmente, y para inactivar a los hongos, hornean estos recipientes y tienen como resultado un envase funcional.
Sin embargo, es algo tan novedoso que requiere de una mayor investigación. A día de hoy, se está estudiando la eficacia de diferentes especies y cepas a la hora del tiempo de incubación (es decir, el que tarda el micelio en desarrollarse) o en el uso de otras industrias (como muebles, tejidos o microchips, pero ese mejor dejarlo para otro artículo). Así que, ¿quién sabe? Puede que el tema de la siguiente colección de muebles de Ikea o de la próxima semana de la moda de París sea mohosamente novedoso.
MAYOR PRODUCCIÓN, MISMO ESPACIO
Pasemos a otro tema importante: la comida. El aumento de la población requiere de un sustento alimenticio que pueda permitir su correcta supervivencia, de modo que se requerirían más tierras de cultivo y ganado para la producción de la materia prima. Pero, ¿y si hacemos más eficientes el terreno en vez de aumentarlo?
Pongamos el caso de un invernadero: ¿no sería más rentable aumentar la producción de este en vez de adquirir otra parcela y construir uno nuevo? Obviamente, la respuesta es sí, pero el poder realizar esto es algo más complicado. ¿Cómo podríamos aumentar la producción?
Un primer parámetro importante puede ser la mejora de las variedades que se están usando. Si conseguimos que el consumo hídrico de una planta se reduzca, podemos aumentar el crecimiento de esta con la misma cantidad (lo que implica que, a mismos costes, producimos una mayor cantidad de producto). Otra alternativa que se está poniendo de moda y en el que cada vez más investigadores y empresas están poniendo el ojo es el control biológico: el uso de seres vivos para proteger nuestros cultivos de organismos peligrosos.
Un ejemplo bastante llamativo es la mariquita (Coccinellidae), ese insecto que casualmente no aterra a la mayoría de la población humana por su gracioso diseño, es la mayor pesadilla de grandes plagas como los pulgones, los ácaros o las cochinillas.
Estas voraces “damiselas” han sido usadas por grandes culturas agrícolas (como los antiguos chinos o los yemeníes) en la protección de sus cultivos, pudiendo así asegurarse una mayor productividad al no perder parte de su cosecha por la actividad de la plaga. Realmente, en estos casos se ajusta como un guante el dicho “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”.
¿LA SIMBIOSIS DE DOS PROBLEMAS PARA UNA NOVEDOSA SOLUCIÓN?
Parece increíble que acabe este artículo así pero, ¿y si os dijera que ambos argumentos expuestos anteriormente podrían interrelacionarse? Como muchos habréis pensado, la agricultura genera una cantidad increíble de residuos agrícolas, que generalmente se produce a su combustión y a la liberación de más CO2 en la atmósfera. Esto implica unas peores condiciones del aire (que tienen una gran impacto en la salud humana) y el deterioro de las condiciones medioambientales de nuestro planeta.
Ahora bien, ¿qué pasaría si pudiéramos darle una “segunda vida” a estos residuos? Como se menciona en el artículo de Yangang Xing, la mayoría de los sustratos que se usan son propios residuos vegetales, que suelen ser perfectos para el desarrollo de los hongos. Por lo que esta industria emergente podría unirse a una actividad tan arraigada como la agricultura para proporcionar más bienes y servicios a coste de residuos que sufren un tratamiento inadecuado y perjudicial para nuestra sociedad, de forma que aplicaríamos mejor que nunca el concepto de economía circular (algo que, probablemente tratemos en un futuro en otro artículo, ¡estad atentos!).
Para acabar, me gustaría recalcar la belleza de esta unión de dos aspectos que, a mis ojos, eran tremendamente distintos solo hace unos días. Es sorprendente cómo a partir de ideas simples pero poderosas podemos encontrar soluciones tan eficientes y bien entrelazadas, demostrándose que la biotecnología tiene un futuro prometedor para cada una de las 8000 millones de personas que pueblan la Tierra, y para las que aún quedan por llegar.
BIBLIOGRAFÍA
1.Ecovative – Mycelium Technology | Sustainable & Biodegradable Material. (s. f.). https://www.ecovative.com
2.Sánchez-Ruiz, M., Fontal-Cazalla, F., Sánchez-Ruiz, A. & López-Colón, J. (1997). El uso de insectos depredadores en el control biológico aplicado. Los artrópodos y el hombre, 20.
http://sea-entomologia.org/PDF/BOLETIN_20/B20-011-141.pdf
3.Souza, E. (2022, 17 agosto). ¿Edificios de hongos? Las posibilidades del micelio en la arquitectura. ArchDaily en Español.
https://www.archdaily.cl/cl/949011/edificios-de-hongos-las-posibilidades-del-micelio-en-la-arquitectura
4.World Population Clock: 8 Billion People (LIVE, 2022) – Worldometer. (s. f.). https://www.worldometers.info/world-population/
5.Xing, Y., Brewer, M., El-Gharabawy, H., Griffith, G. & Jones, P. (2018). Growing and testing mycelium bricks as building insulation materials. IOP Conference Series: Earth and Environmental Science, 121, 022032. https://doi.org/10.1088/1755-1315/121/2/022032
1 comentario
Alberto · 4 mayo, 2023 a las 9:07 AM
Enhorabuena por la publicación, es muy interesante